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miércoles, 20 de mayo de 2015

El Viento y la Leña
 Una vez, la Leña por acción del fuego, se convirtió en una ardiente brasa, y viéndose en gran lió, clamó auxilio al Viento para no perecer: "¡Amigo mio, por favor, ayúdame!, ¡El calor me está matando!, ¡si esto sigue así, en poco me convertiré en cenizas!" El Viento, apiadado de la Leña dijo: "¡Allá voy amiga Leña!, ¡No temas!, ¡soplaré lo más fuerte que pueda para poder salvarte!" El Viento sopló y sopló todo lo que pudo, sin embargo, lo único que consiguió fue que la llama quemara más a la Leña. "¡Tienes que soplar más fuerte por favor... o no duraré ni un minuto más!" - le decía la Leña al Viento con desesperación. El Viento sopló todo lo que pudo por salvarla, pero a los pocos minutos, no quedó nada más que una ceniza en el suelo. El Viento se alejo pensando en que hizo más daño, que bien a la pobre Leña. 


Moraleja Todo le pasa al revés, al que desdichado es.

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